viernes, 7 de diciembre de 2012

Mi seguridad

Cuando me abrazas me siento protegida
El calor de tu cuerpo hace que mis mañanas no sean frías

Me acobijo en tus brazos
Con la excusa que solo quiero un abrazo
Me quedo a tu lado
Por qué sé que te amo

Tomo tu mano
Porque me hace sentir segura
Para enfrentar al mundo
Y todas sus locuras

Te enseñe a respetar
Me enseñaste a amar
Juntas aprendimos lo que no sabíamos
Y juntas practicamos lo aprendido 

No eres lo que soñé
Pero eres más de lo que esperaba
Apareciste de la nada
Y de ti me adueñe

 

1 comentario:

  1. Este poema es increíble. Me hace pensar en la relación entre una madre y su hija. La perspectiva de la voz de este poema parece ser la de la madre. Muchos padres dicen que aprendieron a amar cuando sus hijos nacieron. Si lo interpreto bien, me gusta el hecho de que la madre es la que anhele el toque de su hija. Solemos opinar que los hijos son dependientes de sus padres y que los padres permanecen fuertes. Al contrario, los padres necesitan que sus niños les aseguren que todo va bien. ¿Cómo lo hacen los hijos? Con el toque. Con la sonrisa. Con la amistad. Muchas veces, los jóvenes se preocupan por su propia vida e ignoran las preocupaciones de sus padres. No se dan cuenta de que son “más de lo que esperaba[n]” sus padres.

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