domingo, 4 de noviembre de 2012

Antes y Después




Como se nota que nuestro(a) compañero(a) estudianteestilo esta muy interesado(a) en todo lo que tenga que ver con llevar una vida sana: hacer ejercicio, comer cantidades pequeñas, etc… Lo cual es muy bueno. Todos sus blogs son muy informativos e interesantes y yo misma debería de seguir uno que otro consejo. Sin embargo, he tratado tantas recomendaciones y dietas, que la verdad ya perdí cuenta.
En mis años de adolescencia, a mis 1.76 centímetros de estatura y 75 kilos de peso, yo creía estar obesa. Gracias a mis ancestros alemanes, siempre he sido una mujer alta y de complexión gruesa, lo cual no es normal en México, ya que las mujeres allí son de estatura bajo-mediana y por lo tanto delgadas. Pero en realidad, mi peso estaba de acuerdo a mi estatura.
Yo crecí con sirvienta. En mi casa siempre había una señora que, no solo limpiaba la casa y lavaba la ropa, sino que también nos cocinaba. Diario comía comida hecha en casa: ensalada, sopa, plato fuerte, agua de frutas naturales y de postre ¡más frutas! Aunque la tortilla es parte esencial de la comida mexicana, mi papá sólo me dejaba comer dos o tres al día. Muy de vez en cuando comíamos en restaurantes. Sólo en días especiales comíamos pasteles, y dulces y chocolates eran raros en mi casa (mi papá es Ortodoncista).
Además crecí haciendo ejercicio. A los seis años mis papás me inscribieron en una Academia de danzas españolas, donde aprendí a bailar flamenco, entre otros bailes regionales de España. También tomé clases de Tae Kwon Do desde muy chica. Sin embargo, cuando cumplí diecisiete años deje la Academia y las artes marciales por la natación.  
El gran cambio sucedió en 1998, cuando yo sola me vine a vivir a los Estados Unidos. Ya no tenía a nadie que me cocinara, mi papá ya no podía limitarme la comida y por lo tanto podía comer lo que yo quisiera, cuando quisiera y en cantidades innumerables. Al principio pensaba que estaba viviendo un sueño hecho realidad: helados, donas, chocolates, etc…
Hoy, a mis 5 pies 9 pulgadas de estatura, peso casi 300 libras, o sea, 50 libras más que mi marido que mide 6 pies 6 pulgadas. Como lo mencioné al principio, he tratado varias dietas, desde South Beach Diet hasta Weight Watchers, pero obviamente nada me ha funcionado. Y el problema es que llevo una vida muy sedentaria. Entonces, lo que necesito hacer es ¡levantarme del sofá y ponerme a hacer ejercicio! De otra manera, seguiré subiendo de peso.
Nota: En la fotografía adjunta salgo yo de 20 años. La foto fue tomada en la Organización de Estados Americanos (OEA) en Washington, DC el 15 de Septiembre de 1996, día de la independencia de México.

4 comentarios:

  1. Yo también era más activa de niña pero menos ahora, y reconozco que como adulta debería hacer más ejercicio. Es importante no solamente para bajarse de peso, sino también para la salud en general. Cada día salen más estudios sobre los buenos efectos del ejercicio regular a lo largo de la vida. Siempre busco excusas para evitarlo – no tengo tiempo entre el trabajo y mis estudios, o no tengo dinero para el gimnasio o equipo especial. Pero la verdad es que ¡no hay excusa! Como dices, solamente hay que levantarte del sofá y ponerte a hacer algo. ¿Fácil, no? :)

    ResponderEliminar
  2. Qué interesante tu análisis y tu sinceridad. Estoy encantada de haber incluido este ejercicio en la clase.

    ResponderEliminar
  3. Me encantó su entrada porque lo que discutes aquí es un tema de suma importancia y que además afecta a muchas personas en los estados unidos. Yo también cuando llegue a este país pesaba 130lbs y ahora peso 247.Es que antes caminaba al colegio, lavaba la ropa con mis manos, cocinaba para ayudar a mi mama y tenía menos estrés. Ahora, trabajo sentado en la oficina, en la universidad y también en la casa delante de la tele. Me preocupan muchas cosas y de repente me encuentro delate de la refrigerador. Durante los exámenes finales tengo el mal hábito de no cocinar con el pretexto de no perder el tiempo y por lo tanto compro comida de cualquier lugar. Como consecuencia, hace dos semanas el médico me dijo que tengo alta presión y que además tengo que bajar mi nivel de colesterol y bajar de peso porque también tengo el nivel de azúcar alto, pre- diabético. He tratado muchas dietas pero nunca me funcionan. Entonces esta vez lo que quiero hacer, no lo que tengo que hacer es incorporar cambios pequeños en mi estilo de vida para poder acostumbrarme a algo que en el futuro espero que sea para toda la vida y no un dieta de 3 o 6 meses. Estoy segura que con determinación y perseverancia lo podemos lograr. Suerte y gracias por compartir tu historia.

    ResponderEliminar
  4. Leí esto después de cinco horas sentada delante de la pantalla de mi computadora. Bueno, paré para el almuerzo. Y para prepararme un café. Y para buscar un pedacito de chocolate. Y más tarde un té. ¿Por qué es que no hay mejores galletas en esta casa? Otro pedacito de chocolate. Otra vez sentada y trabajando. Tal vez es hora de salir de la casa y dar un paseo. Podría pasar por la tienda y comprarme unos caramelos, pues se acabó todo el chocolate que tenía aquí.

    En serio, gracias Muni por tu entrada que me interesó y me hizo pensar mucho.

    ResponderEliminar