domingo, 11 de noviembre de 2012

Creando un deportista profesional.




En esta área de Estados las actividades juveniles son muy competitivas. Recuerdo cuando mi hija, Stephanie, tenía 3 años empezó a tomar clases de ballet, para mi sorpresa,  había un grupo de niñas que tenían 2 años. Yo me pregunté, ¿Cómo una niña de 2 años puede tomar clases de ballet y recordar los pasos y demás? Bueno, la respuesta la recibí el día del recital. Durante la presentación, las niñas de dos años caminaban en el escenario, cada una por su lado, a veces coincidían algunas en hacer algo al mismo tiempo, pero más que un baile de ballet, parecía una comedia donde el público se reía a carcajadas.  Años después, Stephanie decidió jugar básquetbol en un equipo selecto,  para ese entonces ella tenia 10 anos y para mi sorpresa, también ya estaba un poco mayorcita para empezar. La mayoría de las niñas jugaban durante todo el año y desde que tenían 7 años. Vivimos en un lugar donde los deportes y las actividades extracurriculares son muy importantes y afectan no solo la vida de los niños pero del resto de la familia. ¿Todo el sacrificio que se hace para participar en estas actividades vale la pena al final? ¿Qué efecto tiene esto en la salud física y emocional de los niños? Al final de cuentas, un porcentaje muy bajo logra obtener becas para las universidades y los demás sufren las secuelas de  practicar un deporte entre 15 a, más de, 20 horas por semana.

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